1. Lean el
siguiente fragmento de un cuento y respondan las consignas
Un día en la
vida de Odette, hija de la Revolución Francesa
“Abuela,
te contaré todo desde el día en que se reunieron los Estados Generales. La
noche anterior, papá nos reunió a Pierre, a Nicole y a mí y nos contó que el
rey los había convocado para hacer frente a la crisis de hambre, pobreza y
descontento que hay en Francia. Yo no sé si tú en el campo has tenido problemas
para alimentarte; pero lo que es aquí en París es casi imposible encontrar
harina. Mamá tiene que hacer colas durante horas para conseguir apenas unos
gramos y pagar carísimo.
El
día de los Estados Generales salimos a la calle a ver a los diputados que se
dirigían hacia Versalles. Nunca me voy a poder olvidar de esos doscientos
diputados vestidos enteros de negro que representaban al Tercer Estado, a
nosotros; ¡al pueblo! [...] Tras los diputados venían los nobles, tan
elegantes, vestidos con encajes, sombreros con plumas y trajes orillados en
oro. A su paso, las voces que habían vivado a los diputados del pueblo se
silenciaron abruptamente. Tampoco hubo aclamaciones para los hombres de la
Iglesia que los seguían.
Después,
mis hermanos y yo acompañamos a mamá a la casa de la marquesa de Chambord a
entregarle un vestido. Cuando llegamos [...] nos abrió un lacayo con librea de
terciopelo verde y nos hizo pasar hasta el salón, [...] las paredes estaban
cubiertas de un género carmesí y sobre ellas colgaban tapices con escenas de
caza.
Los
espejos sobre las tres chimeneas multiplicaban la estancia y, aunque eran las
tres de la tarde, los candelabros estaban encendidos. ¿Te das cuenta el
despilfarro? [...] La marquesa vestía un traje de raso azulino orlado de
encajes de color crema. Su peinado era alto, con un voluminoso moño hecho de
cientos de bucles. Mamá le entregó el vestido y la mujer, en lugar de pagar, se
quejó por el atraso.
–Perdone,
señora marquesa –dijo mi mamá turbada– pero en estos días es tan difícil
conseguir los hilos... Además no sabe usted el tiempo que pierdo en hacer colas
para conseguir alimentos.
La
marquesa hizo como que no escuchaba y nos ofreció unos pancitos de anís [...];
por lo demás, ni siguiera pagó por el vestido y le dijo que volviera después.
¿Te
acuerdas cuando los curas y los nobles no quisieron juntarse con el pueblo en
los Estados Generales y el Tercer Estado se constituyó en Asamblea Nacional?
Bueno, sucedió que los representantes del Tercer Estado juraron solemnemente
“no separarse más hasta que la Constitución sea establecida y fundamentada”. Mi
papá me dijo que desde ese momento el rey tendría que gobernar con la Asamblea
Nacional.
El
domingo 12 de julio, cuando se supo que el rey había echado a Necker, su
ministro de Finanzas. Mi papá y sus amigos comentaban que Necker nos defendía y
que sin él los pobres iban a tener aún menos pan y aún más impuestos. Desde ese
momento, la gente comenzó a salir a la calle al grito de: ‘¡A las armas,
patriotas!’.
Esa
noche, cuando papá volvió de su trabajo en el taller estaba magullado y corría
un hilo de sangre por su frente. Nos contó que venía por las Tullerías cuando
vio que una multitud se agolpaba en torno a un diputado del Tercer Estado que
arengaba al pueblo diciendo: ‘Necker ha sido despedido, no podemos esperar más:
¡tenemos que recurrir a las armas!’. Estaba en medio del discurso cuando una
tropa de soldados a caballo irrumpió en el lugar y se abalanzó sobre la
multitud, hiriendo a muchos. Mi papá se despertó tirado en el suelo.
Esa
noche varias personas llegaron a nuestra casa a prevenirnos: se decía que el
rey y los nobles se aliarían para masacrar al pueblo. Y nos contaron que los
parisinos, para defenderse, estaban saqueando todos los depósitos de armas de
la ciudad.
Esa
noche Marie vino a buscarme y me dijo que su padre y hermanos mayores habían
partido a Los Inválidos, al igual que mi padre, y me propuso que los
siguiéramos. Y cuando las campanas de la iglesia dieron las seis de la mañana,
Marie y yo nos encontramos en medio de una enorme muchedumbre. El pueblo se
agolpaba frente a Los Inválidos. Algunos ciudadanos distribuían fusiles; otros
tenían cañones. Se empezaron a oír voces que gritaban ‘A La Bastilla, a buscar
pólvora para nuestros cañones’. El sol estaba en lo alto cuando el tumulto llegó
frente a los torreones de La Bastilla, que contenía los arsenales de pólvora.
Un viejo de barba anunció a voz en cuello: ‘–El gobernador se niega a bajar el
puente’.
Entonces
se escuchó un terrible estruendo: el primer piquete de hombres había cortado a
golpes de hacha las cadenas del puente. Una oleada de hombres se abalanzó a
cruzarlo. Y en ese momento los primeros disparos salieron desde la fortaleza.
¡Ay, abuela: los heridos y los muertos comenzaron a caer! Un estallido de
cañones terminó por abatir las últimas puertas de La Bastilla y la fortaleza
fue invadida. Parecía que todo París hubiera entrado en La Bastilla. En ese
momento corrimos hasta llegar a casa. Papá volvió muy tarde, estaba pálido y
sucio y nos dijo: ‘–Cayó La Bastilla. He visto la cabeza del gobernador en la
punta de una bayoneta’.
Los
días que siguieron nos asustamos mucho por ti. Llegaron noticias de que bandas
de malhechores robaban en los campos; quemaban y saqueaban todo a su paso.
También supimos de campesinos que incendiaron los castillos y de muchos
muertos. Días después mi padre dijo que íbamos a celebrar porque ahora todos
éramos libres e iguales. Así lo decían las primeras palabras de la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que proclamó solemnemente la
Asamblea Nacional.“
“El
rey, como Odette pensaba, no solucionaría los problemas del pueblo ni tendría
larga vida. Los sucesos más sangrientos aún no comenzaban. Para que la paz se
instaurara en Francia tendrían que morir muchas personas; entre ellas el padre
de Odette [...].”
Tomado
de Balcells y Güiraldes. Un día en la vida de Odette, hija de la Revolución
Francesa,
Chile, Editora Zig-zag, 1993.
1.1. ¿Quiénes son los
personajes, principales y secundarios, de la narración? Identifiquen a cuál de los
tres estamentos pertenece cada uno de ellos.
1.2. ¿Cuál
es la situación de cada estamento según el relato de Odette? ¿Cómo es la relación
entre ellos?
1.3. ¿Cómo era el clima que se vivía
durante los días de la Revolución? ¿A qué se debía el descontento de la población?
1.4. ¿Cuál es la
decisión que toma la población?
1.5. ¿Qué cambió en
la vida de Odette, de su familia y del resto de los franceses a partir de la
Revolución?
1.6. ¿Cómo creen que contaría los días de la Revolución una niña
perteneciente a la nobleza?
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